domingo, 13 de julio de 2008

La boda (cap.I)

Lucas no había podido dormir mucho la pasada noche, a pesar de las valerianas que le había facilitado Mariano, no le fueron suficientes para calmar el nerviosismo que le invadía desde hacía varios días: convertirse en el marido de Sara.
No era miedo lo que sentía, era mucha emoción, un sueño hecho realidad, su gran sueño, como el broche de oro. Su anterior boda no tenía nada que ver con ésta, no tenía ese gusanillo los días de antes, ni estaba tan ilusionado, ni le había preocupado demasiado cómo se encontraba la novia los días previos, ni los preparativos, ni había imaginado lo guapa que estaría vestida de novia,...como siempre, con Sara, “todo era distinto”.
Para que el tiempo le pasara más deprisa, mantener su mente ocupada e intentar distraerse un poco, nada más levantarse, se puso el chándal y salió a correr un rato, para intentar quemar algo de adrenalina.

En casa de los Miranda, todo era un caos: la cocina y el comedor estaban llenos de cajas, bolsas, incluso el traje de doña Concha colgaba de la lámpara del comedor para que no se arrugara. Lola, Sara y su abuela, acababan de llegar de la peluquería y se disponían a cambiarse. Paco ya se había puesto el traje, al oir el barullo que formaban las mujeres, salió a recibirlas.

P:”Menos mal que estáis aquí, menos mal (algo apurado) ¿os habéis dao cuenta la hora qué es?"
L:”Ay Paco, que a tu madre no le acababa de convencer el peinado y ha vuelto loca a la pobre peluquera”
C: “Es que me había peinao como a una vieja”
(protestando)
S: “Si no es tan tarde papá” (intentando tranquilizarle)
P:”¡Pero que guapa está mi niña! (mirándola a la vez que sonreía) bueno, las tres estáis muy guapas” (muy orgulloso de sus tres mujeres)

Sara sonrió más si cabe ante los piropos de su padre, este no se equivocaba, estaba guapísima, llevaba un recogido hacia atrás con el pelo suelto, y dejando algún tirabuzón a la cara, ella no quería ningún moño ni nada parecido, lo quería lo más natural y sencillo posible, al igual que el maquillaje, que apenas se le notaba...

S:”¿Por qué no os cambiáis vosotras primero?”
L:”Sí, será lo mejor, así te ayudaremos a vestirte”
C:”Paco hijo, bájame el vestido anda, a ver cómo me queda después de la dieta que he seguido estos últimos días...”
S:”Pero abuela, si ayer casi acabaste con la bandeja de pasteles”
C:”Eso lo hice para que no me diera un bajón de azúcar”
(cogiendo el vestido y quitando importancia al asunto)
P:”Cariño, hazme antes el nudo de la corbata, anda”
L:”Uisss, a ver, ven p´acá”

2 comentarios:

Hans dijo...

si que eres buena narrando relatitos jejejeje ;p... besitos

Julia dijo...

Qué guai! Casi se respira la atmósfera de la casa de los Miranda ;)

Me ha encantado.

Un besitoooo