Paco y Mariano continúan investigando a Gayarre, el jefe de la banda de narco-crimen mexicana. Cuando consiguen hacerse con un gallo para la pelea ilegal que organiza Gayarre, Mariano droga al animal con todo tipo de sustancias estupefacientes para hacerle más fuerte. Por otro lado, Mariano sigue con sus intentos de romper su relación con Salgado.
Pepa y Sara continúan con el caso de la boxeadora muerta en extrañas circunstancias. Cuando tía y sobrina están entrenándose, las invitan a participar en una pelea ilegal en la que las reglas son que no hay reglas. El azar quiere que la pelea de ellas tenga lugar en el mismo sitio que la de los gallos a la que van infiltrados Paco y Mariano, cruzándose así los dos operativos. La prioridad será localizar a Gayarre antes de que Sara y Pepa empiecen su pelea.
Don Lorenzo sigue pensando que está loco por las cosas que van ocurriendo a su alrededor, y a las que no encuentra explicación lógica aparente ya que Paco y Mariano se esfuerzan en ocultar sus verdaderas intenciones. El Comisario empieza a investigar sobre los síntomas de la locura y decide enfrentarse a sus miedos revisando las cintas de seguridad de comisaría que enfocaban a su despacho.
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