Un cardenal ha ido a la comisaría de San Antonio para recoger y custodiar personalmente el brazo de Santa Teresa. Ante su llegada, Povedilla tendrá que entretener al Cardenal mientras los demás recuperan el brazo que han reconstruido, y que supuestamente estaba guardado en la nevera del bar, pero que ya no está.
Por otro parte, Sara y Aitor consiguen localizar al hombre que pujó en la subasta por el coche que le regaló Paco. Ninguno de los dos cree que el estallido de la Casa Real fuera a causa de un accidente doméstico y están decididos a llegar al final del asunto. Sus sospechas parecen confirmarse cuando los análisis demuestran que había explosivo en el maletero del vehículo.
Paco le explica a Mariano ya más tranquilo los motivos por los que le echó de su casa. Mariano acepta la explicación de su amigo y decide emanciparse por completo y llevar casos por su cuenta. Mariano, que insiste en que algo raro pasa en la Casa Real, está decidido a ir a comprobar personalmente si han puesto a un sustituto del Rey para tapar la conspiración. Sara pide a su padre que no deje solo a Mariano.
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