Un hombre misterioso vestido de negro -Blackman- interviene en un operativo policial en el que un atracador tiene retenido a un rehén. Blackman aparece de la nada e intercepta al atracador saltando con él desde una azotea para luego entregárselo a la policía. Don Lorenzo ordena detener e interrogar al hombre misterioso, pero la prensa se hace eco y la gente pide su liberación ya que le consideran un héroe popular, que además cuelga sus hazañas en internet.
Mientras, el hermano del mecánico que introdujo el explosivo en el coche y que fue asesinado en su taller, acepta declarar a cambio de que la policía le proteja, ya que asegura que se está planeando una masacre. Montoya ordena a Povedilla poner a salvo al testigo en un piso y mantener en secreto su paradero. Sara y Aitor son a su vez localizados por dos francotiradores islamistas dispuestos a matarles si nos les dicen dónde se esconde el testigo.
Mariano insinúa a Paco que Sara y Aitor están tonteando demasiado y que deben tomar medidas. Creen confirmar sus sospechas cuando les ven juntos en una actitud demasiado cariñosa. Por su parte, Povedilla sigue con sus dudas sobre qué hacer con Rita, si debe intentar recuperarla o no, y el acercamiento entre Montoya y su ex mujer tampoco le ayuda.
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