Una sombrillita por aquí, otra por allá. El sol es inclemente. Achicharra a los actores, pero al menos en cada pausa del rodaje se pueden proteger con sombrillas. Soportan como pueden el calor, potenciado por los focos. Un calor sofocante, aún estando en el Alto Aragón, a 941 metros de altitud. Nunca se había concentrado tanta gente (ni tantas vacas) en la Calle Única, con nombre justificado, de Las Tiesas Altas, donde hay censadas tres personas para votar. El alcalde es una de ellas.
La minúscula localidad jacetana se ha convertido en un inmejorable plató de cine. Más de 200 personas han tomado la zona para rodar 'Que se mueran los feos', la nueva comedia de Nacho García Velilla. Los extras, llegados desde pueblos cercanos, no caben en sí de gozo. Nunca han visto a tantos ídolos catódicos de cerca. Javier Cámara, Carmen Machi y Hugo Silva son de carne y hueso. Incluso tienen más hueso del que se ve por la tele. "Qué delgada está la Machi", dice Merche Susín, que trabaja como figurante estos días.
'Que se mueran los feos' es una historia de amor que parte de un esquema muy conocido: chico conoce a chica, chico pierde a chica, chico recupera a chica. Pero en esta comedia romántica los protagonistas son muy poco agraciados físicamente. Viven en un pueblo, donde los complejos además se convierten en mote. "No vamos a la zaga de Julia Roberts y Hugh Grant", bromea Javier Cámara, quien incluso ha asistido estos días al parto de una vaca. "Fue un día muy especial. La vaca se portó como una princesa." Y es que las vacas tienen mucha importancia en este guión. El ganadero Quim Serrabasa no deja de mimarlas.
También vivió el inesperado parto Carmen Machi, un parto que se convertirá en una de las secuencias más auténticas de la película. La actriz ha aprendido a montar en tractor. "Nos han juntado a un grupo de amigos para hacer una película", comparte. Ella, Javier Cámara y Nacho García Velilla no habían trabajado juntos desde la serie 'Siete Vidas'. El actor y el director repitieron en 'Fuera de carta', taquillazo del año pasado, y la actriz y el director en 'Aída'. Todos hablan maravillas los unos de los otros. Además están Hugo Silva, Ingrid Rubio, María Pujalte, Julián López y Silvia Casanovas.
Las interminables esperas entre plano y plano las llevan como pueden. "Siempre se ha dicho que a los actores nos pagan por esperar" dice Carmen Machi mientras un fan fatal de Hugo Silva le pide un tercer autógrafo. A Javier Cámara le maquillan una y otra vez la calva al tiempo que le pasan un cepillo por el traje repetidamente. Un plano que durará un minuto lleva ya 20 de rodaje.
La minúscula localidad jacetana se ha convertido en un inmejorable plató de cine. Más de 200 personas han tomado la zona para rodar 'Que se mueran los feos', la nueva comedia de Nacho García Velilla. Los extras, llegados desde pueblos cercanos, no caben en sí de gozo. Nunca han visto a tantos ídolos catódicos de cerca. Javier Cámara, Carmen Machi y Hugo Silva son de carne y hueso. Incluso tienen más hueso del que se ve por la tele. "Qué delgada está la Machi", dice Merche Susín, que trabaja como figurante estos días.
'Que se mueran los feos' es una historia de amor que parte de un esquema muy conocido: chico conoce a chica, chico pierde a chica, chico recupera a chica. Pero en esta comedia romántica los protagonistas son muy poco agraciados físicamente. Viven en un pueblo, donde los complejos además se convierten en mote. "No vamos a la zaga de Julia Roberts y Hugh Grant", bromea Javier Cámara, quien incluso ha asistido estos días al parto de una vaca. "Fue un día muy especial. La vaca se portó como una princesa." Y es que las vacas tienen mucha importancia en este guión. El ganadero Quim Serrabasa no deja de mimarlas.
También vivió el inesperado parto Carmen Machi, un parto que se convertirá en una de las secuencias más auténticas de la película. La actriz ha aprendido a montar en tractor. "Nos han juntado a un grupo de amigos para hacer una película", comparte. Ella, Javier Cámara y Nacho García Velilla no habían trabajado juntos desde la serie 'Siete Vidas'. El actor y el director repitieron en 'Fuera de carta', taquillazo del año pasado, y la actriz y el director en 'Aída'. Todos hablan maravillas los unos de los otros. Además están Hugo Silva, Ingrid Rubio, María Pujalte, Julián López y Silvia Casanovas.
Las interminables esperas entre plano y plano las llevan como pueden. "Siempre se ha dicho que a los actores nos pagan por esperar" dice Carmen Machi mientras un fan fatal de Hugo Silva le pide un tercer autógrafo. A Javier Cámara le maquillan una y otra vez la calva al tiempo que le pasan un cepillo por el traje repetidamente. Un plano que durará un minuto lleva ya 20 de rodaje.
Cámaras, realizadores, sonidistas, ayudantes, decoradores y los de producción no paran. Mónica Alberte trabaja a las órdenes del director de arte, Alain Bainne. Llegaron hace dos meses a Las Tiesas Altas para convertir la casa del alcalde en la casa de Eliseo, el protagonista. Una transformación asombrosa que ha gustado tanto a su propietario que quiere que las paredes se queden con el entelado. No había establo ni parra. Ni fuente en la plaza. Todo es mentira, ya se sabe.
Nacho García Velilla está pendiente de cada detalle. El responsable de vestuario le enseña incluso las camisas de los personajes, para que él las elija. "Los rodajes son agotadores, pero lo que se saca es muy gratificante", dice el director (y guionista y productor de la película).
Las jornadas de rodaje suelen pasar de las 12 horas. Aprovechan hasta el último rayo de sol. A los extras y figurantes les repiten las instrucciones. Una y otra vez lo mismo, sin perder el buen tono. "Nos quitamos las gafas de sol", "Botellitas de agua fuera, por favor", "Podéis comer, pero cuidado con el ruido de los cubiertos". Hacen como si hablasen, bailan sin música. Disfrutan de la experiencia.
Repetición tras repetición. Los tiempos se multiplican. Julián López alucina con los ritmos, nada que ver con los de 'Muchachada Nui'. Ingrid Rubio y María Pujalte planifican una escapada. Al día siguiente no tienen que rodar, por lo que aprovecharán para recorrer en coche la zona. Otros días lo harán Juan Diego, Tristán Ulloa, Petra Martínez y Kira Miró, que completan el reparto.
'Que se mueran los feos' tiene todos los ingredientes para convertirse en uno de los éxitos del año que viene. Su objetivo es estrenarla en el próximo Festival de Málaga. Al equipo le esperan unas semanas duras de rodaje en otras localidades aragonesas y en Madrid. Si les faltan sombrillitas, siempre les quedará el recurso del palio, ese inmenso reflector que usan los de iluminación, como parasol.
Nacho García Velilla está pendiente de cada detalle. El responsable de vestuario le enseña incluso las camisas de los personajes, para que él las elija. "Los rodajes son agotadores, pero lo que se saca es muy gratificante", dice el director (y guionista y productor de la película).
Las jornadas de rodaje suelen pasar de las 12 horas. Aprovechan hasta el último rayo de sol. A los extras y figurantes les repiten las instrucciones. Una y otra vez lo mismo, sin perder el buen tono. "Nos quitamos las gafas de sol", "Botellitas de agua fuera, por favor", "Podéis comer, pero cuidado con el ruido de los cubiertos". Hacen como si hablasen, bailan sin música. Disfrutan de la experiencia.
Repetición tras repetición. Los tiempos se multiplican. Julián López alucina con los ritmos, nada que ver con los de 'Muchachada Nui'. Ingrid Rubio y María Pujalte planifican una escapada. Al día siguiente no tienen que rodar, por lo que aprovecharán para recorrer en coche la zona. Otros días lo harán Juan Diego, Tristán Ulloa, Petra Martínez y Kira Miró, que completan el reparto.
'Que se mueran los feos' tiene todos los ingredientes para convertirse en uno de los éxitos del año que viene. Su objetivo es estrenarla en el próximo Festival de Málaga. Al equipo le esperan unas semanas duras de rodaje en otras localidades aragonesas y en Madrid. Si les faltan sombrillitas, siempre les quedará el recurso del palio, ese inmenso reflector que usan los de iluminación, como parasol.
Vídeos y fuente:http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/22/cultura/1248273643.html
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