HUESCA.- Cuatro días de intenso rodaje no consiguieron hacer mella ayer en los vecinos de la capital oscense, que volvieron a acudir en masa a presenciar el rodaje de las últimas secuencias de la película de Nacho García Velilla, "Que se mueran los feos", en la ciudad de Huesca. La de ayer fue además una sesión especial, ya que el rodaje comenzó cerca de las nueve de la noche. Y no podía ser de otra manera, ya que el objetivo era grabar una verbena nocturna, la que pone fin precisamente a la feria de ganado que se había filmado días atrás en la plaza López Allué.
Este ambiente propiciará que Nati y Eliseo, los personajes a los que dan vida Carmen Machi y Javier Cámara, respectivamente, comiencen a estrechar su relación, bastante distante hasta el momento. Este pequeño fragmento de la historia cobró vida ayer en la plaza de San Pedro, cercada convenientemente para la ocasión, pero colmada de miradas curiosas que quisieron vivir, por unas horas más, la experiencia de un rodaje.
"Para una vez que hay un rodaje en Huesca, hay que venir a verlo", comentó a este periódico Sonia Pueyo, que confiaba en poder ver a los actores en plena acción. "Hemos visto cómo llegaban a la plaza, y ahora, a ver si empiezan", añadió.
Ese fue el objetivo que movió a muchos de los vecinos, de todas las edades, que acudieron ayer a esta grabación, que comenzó con la caída del sol y que tenía previsto extenderse durante buena parte de la madrugada.
"Me llamaba la atención ver cómo lo preparaban, el ambiente, y también ver si podíamos ver a algún actor", comentó Sandra Andreu, sorprendida por el esfuerzo que requiere una grabación de este tipo. "Se ve que se necesita mucho trabajo, que no es todo tan fácil y tan bonito como se ve por la tele, y que lleva su tiempo", apreció la joven, que ya el día anterior había intentado acercarse a este ambiente durante la grabación en el Casino de Huesca. "Fuimos a ver si podíamos ver a Hugo Silva, pero salió por la parte trasera y no lo pudimos ver", lamentó Andreu, que sintió, como otros muchos, y especialmente, otras muchas jóvenes, no poder ver de cerca a su actor.
Para Marisol García y para Lourdes Puértolas, la situación vivida anteayer fue "vergonzosa, porque después de que estuvieran las muchachas tanto rato esperando, no pudieron verle". Otras tuvieron más suerte, como las hijas de Sandra Sierra, que participaron anteayer en el rodaje en el Casino como figurantes y que aún seguían "como en una nube" tras haber estado tan cerca de sus ídolos y haber disfrutado de la compañía de profesionales como Javier Cámara, "que estuvo muy pendiente de los niños, gastándoles bromas" y actuando como un perfecto anfitrión, explicó la madre.
Ayer, la magia del cine volvió a brillar en la plaza de San Pedro, donde el rodaje se despidió de la ciudad de Huesca para poner rumbo en esta jornada a Zaragoza. La próxima semana la grabación se trasladará a la localidad altoaragonesa de Ansó.
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