Me siento en la incómoda silla de plástico que queda libre, a mis pies, deposito mi maleta, suspiro y miro a mi alrededor: una señora habla por el móvil mientras camina de un lado al otro, dos asientos más a mi izquierda, un señor trajeado consulta con su agenda electrónica, en frente de mí, una joven pareja, ella descansa su cabeza sobre el hombro de él, mientras éste ojea unos papeles, de pie, otra pareja abrazados, parecen despedirse,...y aquí estoy yo, esperando que finalmente quieras acompañarme....resulta gracioso, estoy en un aeropuerto, dispuesto a emprender un largo viaje y me falta lo más importante: los billetes y TÚ.
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Miro el móvil, no sé cuántas veces lo habré mirado ya....nada, sigue como hace cinco minutos: sin noticias...
Quizá no fue buena idea lo del regalo, tú estás con Aitor, y después de todo, ¿quién soy yo para meterme entre vosotros?, ¿tengo algún derecho?...Sólo soy Lucas, el que un día te prometió que cuando cumplieras los dieciocho todo sería diferente, el que prometió llevarte a cualquier lugar del mundo, el que no ha dejado de quererte, el que piensa que nos merecemos una segunda oportunidad: la definitiva, el que desea hacerte feliz, el que anhela tu sonrisa....el que no puede imaginar vivir la vida sin ti...
Seguramente estás en tu fiesta de cumpleaños, en los cachis, con toda la gente que te quiere....Jimmy seguro que te dedicará más de una canción....bailarás....reirás...te divertirás...casi puedo verte...
La voz femenina que suena por el altavoz, me devuelve a la realidad, anuncian nuestro vuelo, oigo nuestro destino: “Madagascar” y un escalofrío recorre todo mi cuerpo...estoy tan cerca de cumplir nuestro sueño...
Me levanto abatido, algo desanimado, ya has tenido tiempo para pensar, para decidir, para elegir...Cargo con mi mochila y voy hacia la puerta de embarque como un último intento: el último paso....
La gente va formando la cola, miro en todas las direcciones posibles, veo todo tipo de personas, intento buscarte, pero no consigo distinguirte entre la multitud....la tristeza se apodera de mí, algo me oprime la respiración, casi impidiendo que mi corazón siga latiendo,..cierro los ojos, echo hacia atrás la cabeza e intento coger aire para tener más fuerzas y enfrentarme a la realidad: no vas a venir....todo está perdido....este es el fin...
Abro mis ojos lentamente y puedo verte, corriendo hacia mí, casi sin aliento pero feliz al verme, alguien te sigue de cerca con menos aliento todavía, juraría que es Paco, que absurdo ¿no?, la azafata me pregunta si voy a embarcar, me giro para mirarla y niego con la cabeza, no puedo articular palabra, me doy la vuelta y ahora estás frente a mí, muy cerca, con los dos billetes en la mano “Ay por Dios, casi no llegamos”, dice tu padre exhausto pasándose el pañuelo por la boca-, vuelvo a mirarte y no sé si es real o es sólo una imaginación...Al ver que no reacciono, tú te apresuras en mostrar los billetes a la azafata, ésta les da el visto bueno y nos invita a pasar, te despides con un cariñoso abrazo de tu padre, quién después, emocionado, me mira y me dice”Cuídala”, yo sólo acierto a asentir y como si de repente me despertara, le abrazo y le doy las gracias emocionado.
Mi niña me espera tendiéndome la mano, más radiante que nunca, cojo mi maleta y voy feliz hacia ella, entrelazo mis dedos con los suyos, le beso en la frente y le susurro :”TE QUIERO”, su cara se ilumina más todavía....No puedo ser más feliz....
Quizás os cuente qué tal nos va en nuestras soñadas vacaciones
